
Pueblas los labios míos, centro y latido de agua,
tu voz en mi oído desnuda arrabales de fuego,
trepa rumorosa por la candente piel
creando compases de arroyos cálidos.
Profética me habla deshaciendo cualquier penumbra
y dejando de ser un laberinto fractal.
En tu voz sosegada me hago hiedra abierta y racimosa.
En tu voz salvaje verdeo cuando me tientas al sexo.
tu voz en mi oído desnuda arrabales de fuego,
trepa rumorosa por la candente piel
creando compases de arroyos cálidos.
Profética me habla deshaciendo cualquier penumbra
y dejando de ser un laberinto fractal.
En tu voz sosegada me hago hiedra abierta y racimosa.
En tu voz salvaje verdeo cuando me tientas al sexo.
menudo inicio:
ResponderEliminar"Pueblas los labios míos, centro y latido de agua", el erotismo, la sensualidad, parece tan esencial en ti que es normal que fluyan los versos con tanta fuerza y rotundidad, te aplaudo Sara
un beso grande
Es cierto Alonso y no es rebuscado, así mana, a veces ya hasta me da cosa escribir, porque no sé hacerlo de otra forma, siempre me sale lo sexorótico como yo le digo, qué se le va a hacer, otro beso para ti y gracias por venir a mi rincón.
ResponderEliminar