domingo, 1 de marzo de 2009

El Faro


El Faro
Desgastado el rompeolas conspira con la luna,
me averigua con la arena afiliada a los pies,
mientras, observo la toma de labios de los amantes.
Se acaba la tarde, y allí siguen, disparándose amor a discreción,
no les queda huecos y se hermanan al mar,
lo confieso, me corroe más que el salitre.
Ella, siempre deja un foulard a mis pies, en esta ocasión malva,
yo, lo huelo casi obsceno y acuno mis propios temblores
desenredo sus hebras con mi haz de luz, y me quedo solo con su olor
Siempre la espero.

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