domingo, 1 de marzo de 2009

Insisto en morir en tus labios

Insisto en morir en tus labios
Podría, creo, tal vez, de mis tal veces,
regresarte a mi mar, amar, con tus reveses.
Puedo morir por tus ojos llenos de vida
o en el presagio que surge de tu manantial de pétalos.
O quizá es que compulso lo matinal de tu aleteo,
y en mi tacto de hambre
tu aliento
entrepiernando mi anhelo.

Soy aurora y soy lago en la jerga de tus yemas,
cuando transcurrimos desnudos
en el único terreno donde no hay tregua:
Y beso tu nuca desnuda de miedos.
Y tu beso derrumba mi vientre sahumado.
Mi amado amor, concurres en la bravura de mis senos.
Y muero, sí, muero,
e insisto en morir en tus labios,
en el descenso que cala
en la botánica del lóbulo que alumbra:

Y otro beso caído
alguno robado
o tal vez osado
y despiadado
desalentado
leonino
desparramado.
A contraluz hoy me tienes
de tus contornos hipnotizada
y no me importa que llueva o que diluvie
si bajo el paraguas me cobijan tus labios
y forman el musical húmedo de todos los eneros
del que cautiva mi boca te puebla sin mordazas.
con Amor a mis ojitos de musgo

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