jueves, 26 de marzo de 2009

Mi Amador perfecto.



Tus labios en mi frente
desnudan y me dan la fuerza del helecho,
sólo tú sabes de mis trenzas de alga,
y sólo en ti mi aborigen danza, en tu guarida de deseo.

¡Oh, tú brillante Faro en mi existencia!

Nunca dejaste de iluminar mis miedos,
aún soplando vientos protervos- tu mano, sustento-
(balsámico tu Amor, como un eucalipto tierno)

Serás allí, del acantilado mi musgo, insurrecto.
Serás Amado, mi Amador perfecto.

Tu voz



Pueblas los labios míos, centro y latido de agua,
tu voz en mi oído desnuda arrabales de fuego,
trepa rumorosa por la candente piel
creando compases de arroyos cálidos.
Profética me habla deshaciendo cualquier penumbra
y dejando de ser un laberinto fractal.
En tu voz sosegada me hago hiedra abierta y racimosa.
En tu voz salvaje verdeo cuando me tientas al sexo.

viernes, 20 de marzo de 2009

Aún cuando la realidad me aleja percibo toques




Aún cuando la realidad me aleja percibo toques,
como pinceladas en las esquinas de los atardeceres;
el de hoy de paño rojo
pareciera que el sol se hubiera comido un campo de amapolas
y la nube enamorada torna forma de toro para lidiar su capote.

Aún cuando la realidad de un sueño, pernocta,
te adivino solo, como un tronco en su diversidad, sin bosque.

Y es entonces cuando busco la fiel orilla,
aquella en la que una vez temblara sin lucha
expuesta, clara, como una luna nacarada
que se empapa del reflejo de la esencia sin bucles,
sin dudar, viva de ganas.

Aún cuando la realidad me aleja
sería capaz de vender mi alma por un instante
si tan sólo pudiera recorrer en silencio la quietud de la mirada.

Surges boca de tierra



Surges boca de tierra
con tu plano en levantamiento geodésico,
tántrico estímulo al roce hasta el último vello,
estremecido de lenguas que se deslizan
imperiosas se buscan inmanentes.
¡Ah! el fuego en una lámina
que devora la gema sin buriles, dúctil,
fanática ataraxia lograda en el abrazo de los muslos,
eres el rapsoda sin saga donde enredo pálpitos
o el dragón que siembra albores bajo mi vientre de lluvia.

jueves, 19 de marzo de 2009

Mientras duermes.



Te descubro al alba
mientras la sábana duerme
y hace pliegues en tu espalda

te asciendo y mitigo mis ojos en el huésped ombligo
– y en mi boca un dedo
derrapa por los labios-
me gusta mirarte mientras duermes,
yo sé , yo sé de tu despertar súbito
pero hoy quiero verte dormir avaro de ternura
desde el silencio que también enseña
y me acuso de aquietar este instante
de deseo- mientras duermes-
al reconocer tus rasgos sin urgencia
aunque si de tanto respirarte te despiertas
lo confieso: te diría que me urge amarte
para dejar en tu piel la grafía de un verso….



Tu nombre a veces, no me cabe en la tierra
te miro a contraluz con voyeurismo;
y eres el sudor,

la sed que quiero capturar,
ahora sé que yo también puedo ser una perra
que lame sin coordenadas- no renuncio a tu crepúsculo-

Déjame mirarte sin preguntas
y que sólo el viento y yo se exciten
en la desnudez del cuerpo.

martes, 17 de marzo de 2009

Sed de ti



Si supieras, como quisiera ser flor,
que reviente su polen entre tus manos
esas que me hacen volar en el abrazo,
perfecta primavera del deseo.

Si supieras que me rindo a tu voz de viento suave
que me rubrica a pie de margen puro fuego ,
en el que ardo con gusto, te sé aguacero,
y diré que tu fuego es placentero
y yo, espero las pavesas entre mis pechos.

Si supieras, que no diré más nunca si supieras,
porque sabes que mi amor es una rosa
que se abre a tu labios si me convocas
para volverse amazona y desbocarse
o renacer en tu grupa caprichosa,
sándalo que venera mi lengua y que en ti brota.

Te llamaré desnudez.



Te llamaré Desnudez.
Y sentirás mi súplica impúdica
que vierte nidales en la redondez del ombligo
cuando mi lengua pagana te postre blasfemo.
Te llamaré Desnudez,
la de la rosa grana y viva,
que fértil cubre con su jadeo de pétalo
aplacando mis ansias de savia y vida;
pero no te importe, no, da igual como te llame.
(Desnudo, Amor, Musgo, Ave)
Tú, Eres:
la fertilidad de mis ojos atrincherados,
el sigilo que acurruca mi piel para hacerla tálamo,
la balada que a mis pies nunca fue cantada,
la brisa que sueño antorcha bajo mi blusa.
Eres Tú, retenido suspiro- La Fuente de mi vida-

Newton y yo.





Ahora entiendo las leyes de Newton¨:
Todo hombre persevera en su estado de reposo,
hasta que una caricia, una mirada, un beso,
una insinuación, el deseo, el sexo, el amor ( déjenme creer)
acciona y reacciona, como efecto relativista,
a veces a sorbos ,otras apasionados, pero siempre en fijación,
queriendo recorrer el cuerpo de la mujer en su totalidad,
lo que no sabe, es que después de estas aceleraciones
que suelen terminar en cabalgadas desiguales y opuestas,
(y si les dejas y te apetece muy opuestas)
no todos llegan en su acumulación o precocidad ( el ya ta, vaya)
en ese movimiento relativo
al lugar mismo del placer de la mujer y su referencia.
De ahí los fingimientos para que los escépticos se consuelen.
Pero el que sabe, ¡ahhh el que sabe! conoce y aplica su rectilíneo (masa)
en la vis centrípeta de la mujer,
amparando su pubis como órbita que se mantiene
(entiéndase por mantener vigor y permanencia)
y actúa sometido a la reacción de la fricción o rozamiento…
lo sabrá por el movimiento absoluto y verdadero de la mujer,
y ésta, nunca se querrá trasladar de su templo de leyes….
¿Era así? ¿no?

lunes, 16 de marzo de 2009

Ecce venio



En el arco de mi empeine
ávida flecha tu beso;
(heme aquí: noche encendida)

Al remonte de labios despiertan trinos
que anidaban entre las ramas.


Viril astucia la de tu lengua
que hace de falo en su ambrosía
para estallar la fragancia del pétalo.

Venerado Shivá



Desabrocha esta vestidura ardiente
que mi pubis no lleva hebillas,
afánate en mí, venerado Shivá.
Cincela mis muslos vandálicos
renáceme en tu cuerpo infinito.


Asesina cualquier dios que me habite
sométeme al templo donde se arrodilla mi orgullo.


Llena mi pecho del triunfante suspiro
amémonos abasteciendo el lecho,
que yo adoro tu pira y tu espalda
y muero en la galaxia que asoma en tus ojos
o en tu lengua sediciosa en mi sexo.


Deja que exista en postura liviana
que lo púdico se vierta indecoroso.
Manemos truenos undívagos en llamas
seamos un solo cuerpo que sin pudor eclosione
en el mismo centro.

domingo, 15 de marzo de 2009

Zoom



Quédate así no te muevas.

Quédate quieto para que no se deshoje la alameda
ni el aroma de verano que trae la bruma.

Quédate siempre,
así,
desnudo,

dispuesto a la derrota de las cerezas entre los labios.

sábado, 14 de marzo de 2009


Léeme los labios
oscílame en tus pupilas
sé mi péndulo retoñado
aduéñate de mis nalgas
coróname con tu lengua caprichosa
en la tangente de mi luna.
léeme los labios con tu vertical veneno
¡habítame toda, que de mis labios eres la gema!

Abrevo de tu boca fértil


Abrevo de tu boca fértil
que como el mar brama-arrastre de fondo-
me convoca avivando el cansancio de mis ojos
para que deje de mirar a través de la tristeza.

Aquí, en un costado está tu mano,
pendiente de agitar mis alas de libélula,
sólo tu aliento, matriz del único fresco en mi frente.

Ahí, donde la impaciencia de mis muslos
se hace remolino, estás, lo sabes,
y asciendes- corsario a mi rosario-

para que nunca sea tarde para amarte.

lunes, 9 de marzo de 2009

Vienes




Vienes
iniciando tu mejilla entre mis sueños
a hacerte de mí, lascivia en ti…
te adentras en mis sentidos
con tu instinto de frondosa arboleda,
vienes, así, con un canto de insaciable abrazo,
con un desvarío en las manos que entona amapolas
y yo, yo me quedo a morar en tu espalda
para saber cualquier misterio de tu nuca
y al decir tu nombre susurrado
saber del toronjil de tu piel superviviente
y ser el temblor que muerda tus miedos y tus labios.

Séxodo



(Tu me manques)

Insísteme en regar los sueños esquivos de grietas,
es un disparate alejar tus manos;
por eso violo mi sexo y embolso los gemidos
laberinto de trampas son los recuerdos en tu ausencia.

Infríngeme la forma de tu espalda arqueada
no soporto el embargo de tus muslos
necesito tu silex para que talles mis entrañas
y extingas mi desvarío.

Quebrántame sin escrúpulos la piel y los huesos
para alcanzar gritar tu nombre.

sábado, 7 de marzo de 2009

Urdo un nuevo combate en tu espalda




Tú me buscas, vienes y me encuentras
para que tu amor me exista como la vida
y en esos miedos que me ablandas, me perfilas
al tacto
(grafía apasionada)
que desenreda breñas con sus ojos de musgo
y yo me pongo de puntillas, te descubro lirio,
para llegarte y alcanzar de tus labios el beso que cuelga
que me rearma y amplía, hasta descaberme de mi
y ser tuya.
Te asientas en mis pechos con olores nuevos
-salvajemente diferente-
y late la noche en mi vientre y es tu misterio
el que me acecha y me nombra: Mía
Es tu mano entre mis piernas que me hacen marea viva
febril la vegetación que reverbera en la ofensiva de mis ingles
al saciar cada pliegue la piel se vuelve salina atenuada
Tú me buscas, vienes y me encuentras
y yo urdo un nuevo combate en tu espalda
mientras el Faro nos mira celoso con su piel de silencio.

Enamorada de tu Acantilado de musgo



Como un viento, sereno, tu aliento cuida mis miedos,
atolondrada, te nombro y es la urgencia de la noche eterna
para que resumas mi esencia con tus manos de hiedra,
que orientes mis pestañas al lugar de tu pecho
donde talle sueños en virtud de tu halo único.
Abriré mis ojos en el reposado corazón alimentado
para soplar cualquier herida que asome en duermevela,
convocaré tus labios, me suspenderé de tu impulso
y tu garganta nunca más sabrá de la sed del desierto.
Así me tienes, enamorada de tu acantilado de musgo
bajo el reflejo de la Luna en tus ojos,
así te amo,
cuando mi boca noctívaga se adueña de las hélices de tus sueños.
Así te amo, en este invierno donde floreces Torvisco,
así te amo, mi siempre primavera…
la de tus ojos … que me hechizan…

Fue tibia la tarde




Fue tibia la tarde,
sembraste una estrella
y mírame sigo en órbita
con el mismo destello.
Fui en tu hermosura,
en tu aroma,
en tu humedad,
fui aguacero ingente
beso ardiente:
hice un nido en tu pecho
y siguen sonando trinos.
Fui tuya en un choque de astros
y sigo salvajemente despeinada.

Sonríes

Sonríes,
y atesoro un bosque de arándanos entre mis manos,
que íntimas quieren jugar con tu pelo amanecido
recluirlo con los dedos acariciantes
navegando por tus cejas ya sin lamentos
y sentir el recorrido de tu amatista mirada.
Sonrío,
luz que regresa aquietando la noche
alterando mi piel en letanías de agua.
Mi dedo perfila tu boca entreabierta
y a su humedad se mudan mis labios
como si los adoptaras eternamente.
Sonríes, sí, y sonrío.(Tontamente)
Y quiero saber qué se agita en tus ojos de musgo,
si tu espalda es el remanso que intuyo sereno
donde pueda quedarme dormida como un libro inacabado.

Bosque de ensueño




Sigo en mi nube de sueños
una ráfaga quiere tumbarme,
devolverme a la ruina entreabierta de la pena.
Sujétame, dame tu mano,
envuélveme en tu bosque de ensueño,
no me dejes caer,
quiero seguir revoloteando
con mis alas de libélula,
Quítame esta mordaza
con la pericia del beso,
te beso,
y soy manantial de agua,
te beso y se detiene el tiempo,
te beso y mi alma rebosa esperanza,
y si acaso te cansaran mis besos

inventaré otro impulso imparable,
mientras mis labios igual
jamás se despedirán de los tuyos
para dormitar abrazada a tu horizonte,
pero no me dejes caer de esta nube almibarada
donde sueño que me devuelves a la vida.

El Mar de tus ojos


Vuelve una ola azul,
generosamente mojada,
a romper contra mi acantilado
- le puse por nombre tu frente-
para poder saber de tus silencios,
los que guardas,
en esta noche de ensueño,
sueño,
sueño el crepitar de tus ojos,
sueño tus manos de barca.
Te observo desde el Faro,
quieta,
por si la densa niebla llegara,
me embriaga la belleza que engarzas
el abrazo donde puedo recostarme y velar tu alma,
el engaste tierno que de tus manos hacen mis labios de agua,
Vuelven las pupilas mansas,
salvajemente enamoradas
Vuelve una ola azul y en mi orilla se vuelve verde,
verde mar, de amar en tonalidades verdes,
que me despunta en el temblor de amor de su mirada.



Cómo quisiera tenerte sin artificios,
cuánto me gustaría verte transparente,
de qué forma quisiera entenderte
cuando desde tu fortaleza disparas imprecisiones
a esta alondra que sobrevuela errabunda entre las nubes grises.
Cómo quisiera encontrar en tu mirada el anhelo que no fuera efímero,
cuánto quisiera acallar tus labios con mis dedos
y delatarme en un susurro donde al escuchar tragar tu saliva
entendería que ya no tienes dudas,
cuánto quisiera hacerme catarata entre tus manos
y tomarnos sorbo a sorbo y fundir esta tristeza de miradas,
moldeándolas al brillo escarlata de los suspiros de todos los atardeceres,
cómo quisiera,
amor,
cómo quisiera que me quitaras este frío de los labios.

domingo, 1 de marzo de 2009

Insisto en morir en tus labios

Insisto en morir en tus labios
Podría, creo, tal vez, de mis tal veces,
regresarte a mi mar, amar, con tus reveses.
Puedo morir por tus ojos llenos de vida
o en el presagio que surge de tu manantial de pétalos.
O quizá es que compulso lo matinal de tu aleteo,
y en mi tacto de hambre
tu aliento
entrepiernando mi anhelo.

Soy aurora y soy lago en la jerga de tus yemas,
cuando transcurrimos desnudos
en el único terreno donde no hay tregua:
Y beso tu nuca desnuda de miedos.
Y tu beso derrumba mi vientre sahumado.
Mi amado amor, concurres en la bravura de mis senos.
Y muero, sí, muero,
e insisto en morir en tus labios,
en el descenso que cala
en la botánica del lóbulo que alumbra:

Y otro beso caído
alguno robado
o tal vez osado
y despiadado
desalentado
leonino
desparramado.
A contraluz hoy me tienes
de tus contornos hipnotizada
y no me importa que llueva o que diluvie
si bajo el paraguas me cobijan tus labios
y forman el musical húmedo de todos los eneros
del que cautiva mi boca te puebla sin mordazas.
con Amor a mis ojitos de musgo

Vuelos


Él la pintó en un cuadro
la hizo pájaro y perfume
cuando abrió la ventana
ella, salió volando.

Tus labios




Tu labios hacen un circuito
mientras la piel se amotina erguida
la declamación de los alientos
arden y abaten como las pavesas.

Fálica la lengua no pide permiso
los muslos se moldean, el vientre se contrae,
ondea la cadera por instinto,
se desplaza por la piel la humedad sin arcanos.

Suena una balada trémula…
que me lleva al olimpo.

El Faro


El Faro
Desgastado el rompeolas conspira con la luna,
me averigua con la arena afiliada a los pies,
mientras, observo la toma de labios de los amantes.
Se acaba la tarde, y allí siguen, disparándose amor a discreción,
no les queda huecos y se hermanan al mar,
lo confieso, me corroe más que el salitre.
Ella, siempre deja un foulard a mis pies, en esta ocasión malva,
yo, lo huelo casi obsceno y acuno mis propios temblores
desenredo sus hebras con mi haz de luz, y me quedo solo con su olor
Siempre la espero.

Acoples




Cuando tus manos surcan
el temporal de mis muslos
se bosqueja un puzle en mi vientre
del que sólo tú tienes la pieza
no tardes en completarme.

Cuando me miras así, me desarmas.

Cuando me miras, así, me desarmas
con esa traviesa ternura
que apacigua mi mirada liviana,
me vuelvo nube desmenuzada
desanudando cualquier nudo
que pudieran formar los alisios
para transformarlos en suave brisa
que si acaso te despeine ese mechón de tu frente.

Cuando me miras así,
como si quisieras comerme con la mirada,
crezco enfebrecida mordiendo mi labio;
y mis manos de carámbanos asaltan tu espalda
te hacen dar ese saltito que acorta distancias.

Entonces, ahí, cerquita, no hay escapatoria,
siento crecer tu universo ( con el abecedario entero)
y me deshielo como primavera temprana,
forjando remolinos de besos con mi lengua derrochadora
para explosionar en la cresta de tu big bang perfecto.

Cuando me miras, así, me desarmas.