viernes, 20 de marzo de 2009

Aún cuando la realidad me aleja percibo toques




Aún cuando la realidad me aleja percibo toques,
como pinceladas en las esquinas de los atardeceres;
el de hoy de paño rojo
pareciera que el sol se hubiera comido un campo de amapolas
y la nube enamorada torna forma de toro para lidiar su capote.

Aún cuando la realidad de un sueño, pernocta,
te adivino solo, como un tronco en su diversidad, sin bosque.

Y es entonces cuando busco la fiel orilla,
aquella en la que una vez temblara sin lucha
expuesta, clara, como una luna nacarada
que se empapa del reflejo de la esencia sin bucles,
sin dudar, viva de ganas.

Aún cuando la realidad me aleja
sería capaz de vender mi alma por un instante
si tan sólo pudiera recorrer en silencio la quietud de la mirada.

4 comentarios:

  1. Este poema es muy bello y cierto.
    Ja, yo he llegado a vender mi alma por un instante de mirada. Por tan solo un instante de su mirada (aún cuando la realidad me alejaba).

    Tienen calidad tus poemas.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Aún cuando la realidad me aleja percibo toques,
    como pinceladas en las esquinas de los atardeceres;
    ....
    pareciera que el sol se hubiera comido un campo de amapolas
    ....
    si tan sólo pudiera recorrer en silencio la quietud de la mirada.

    ME GUSTA, sobre todo el último verso es muy bueno.

    ResponderEliminar
  3. Nadie puede Víctor, pero nos gusta pensar que sí, que sabemos lo que el otro quiere, pero va a ser que no...

    ResponderEliminar